sábado, 11 de agosto de 2012






La criada apenas sabía castellano y, después de una charla confusa, le contestó que cerraba el cuarto para que no entrara el sol.

   Si es que yo quiero precisamente eso — le dijo Andrés—. ¿Usted a oído hablar de los microbios?

   Yo, no, señor.

   ¿No ha oído usted decir que hay unos gérmenes…, una especie de cosas vivas que andan por el aire y que producen las enfermedades?

   ¿Unas cosas vivas en el aire? Serán moscas.

   Sí; son como moscas, pero no son moscas.

   No; pues no las he visto.

   No; si no se ven; pero existen. Esas cosas vivas están en el aire, en el polvo, sobre los muebles…, y esas cosas vivas, que son malas, mueren con la luz… ¿ha aprendido usted?

   Sí, si, señor.

   Por eso hay que dejar las ventanas abiertas…, para que entre el sol.

    Efectivamente; al día siguiente las ventanas estaban cerradas, y la criada vieja contaba a las otras que el señorito estaba loco, porque decía que había unas moscas en el aire que no se veían y que las mataba el sol.


                                                                                              Pio Baroja. El árbol de la ciencia.

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