domingo, 26 de febrero de 2012

Hora, la muñeca tejedora
Enfermiza, vigorosa, ruidosa, silenciosa. Día y noche se ríe. De porcelana se viste. Sus propias reglas teje de números que aprende. A ritmo del tic-tac unas veces tris, otras tras. En el juego se adelanta, ella siempre nos engaña hasta el convencer de su maña y el demostrar de su eficacia.

Inmutable
El rostro de piedra le sirvió de pasaporte tras demostrar que el águila solo había utilizado su garra para hablar del undécimo mandamiento.

El zoólogo
Se tumbó con su pajarita y ligero como una pluma comenzó a volar.