miércoles, 3 de octubre de 2012




Escuchó sus carcajadas, sus risas. Parecían de un poseído, un enloquecido,
pero no se asombró. Se le oía por toda la casa saltar, danzar. Siempre estaba bromeando y divagando en cuanto podía.
Así, eran su bromas; hacían reír.  

- ¡por favor, para ya, que no tienes 5 años!
- Jajaja, PAN, PAN ....PAAAN, PAN.
- ¿Oíste?.
-JAjajaj
-¿Me escuchas?
-PAN, PAN, PAN....PAN, PAN....PAN, PAN, PAN....PAN.
-¿me has escuchado?, ¿será posible?...   JAjaj

Cuando entró en el cuarto gesticulando como vaquero que desenfunda su arma, le vio.
Vio lo que tenía en la mano: una barra de pan.


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